El oro de las mujeres africanas no es otro que el fruto de un árbol que crece en estado salvaje en África, principalemente en Burkina Faso, Mali, Costa de Marfil y Sudán. Cuando el fruto está maduro contiene dos o tres semillas, de las cuales se extrae una grasa vegetal que servía tradicionalmente para cocinar y para usos cosméticos.
La fabricación de manteca de karité es una actividad eminentemente femenina y que da trabajo a cuatro millones de mujeres en África Occidental.
Propiedades y usos del Karité :
Existen dos clases de Manteca de Karité:
PURA: Es decir, sin procesar, la manteca de karité es una pasta amarilla que tiene un olor fuerte a nuez. Para producir la manteca, las semillas se fermentan, se lavan, se secan al sol y se tuestan. Luego, se muelen hasta obtener un polvo fino y se mezclan con agua para producir una pasta espesa. Una hora de mezclado enérgico separa la grasa del resto de la mezcla; ésta se recoge de la parte de arriba, se hierve y se enfría para producir la manteca de karité sin procesar.
REFINADA: La manteca de karité puede refinarse hasta obtener una crema blanca, a la que le desaparece su característico olor. La manteca refinada se produce calentando las nueces a temperaturas más elevadas con el hexano, un hidrocarburo líquido. El ayuda a extraer más grasa de la nuez, a blanquearla y a quitarle casi todo el olor. Como resultado, la manteca de karité refinada tiene una textura más lisa y sedosa que la manteca pura, sin procesar.
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